LIsboa, segundas partes si que fueron mejores (capitulo II)


Que puedo decir… Lisboa es tan dulce, tan suave, con sus luces reflejándose en el río… Me sentí tan bien en la infinidad de miradores que visite en Portugal (suficientes como para perder la cuenta) que quería guardarlos todos en una caja para poder contemplarlos luego. Pensé que no seria capaz… menosprecie a mi parte soñadora, a mi capacidad de imaginar y recordar. Pasan los días en Madrid y no puedo negar que en ocasiones todo esta color monotonía, entonces miro hacia adentro, y recuerdo esas vistas, a veces lluviosas a veces radiantes, tranquilas y agradables, cuando el silencio se instaura, y hasta Lenny guarda silencio. Cuando solo estas, y se siente bien, por que estas bien, y las incertidumbres se van a tomar un café, mientras tu miras algo hermoso y lo disfrutas.

Puedo decir que algo de Portugal se vino conmigo y ahora forma parte de mi. En cuanto al resto del relato de las vacaciones lo que va quedando es una ensalada de todo lo vivido. Para aquellos que lo piden aquí les dejo la ensalada especial de la casa:

Visitar la Torre de Belem que esta sobre el río; me pido a la que va de negro; tomar un café; el monumento a los “Descubridores”; visitar un mirador y disfrutar de los tejados junto al río; escuchar macaco; mira ese edificio que chulo; que el viento no me deje estar peinada; tomar otro café; dormir poco pero satisfecha; viajar en el maletero de un smart de 2 plazas, perdón por el bache; salir de copas por el barrio alto, y que todos flipen y se partan de risa cuando salgo del maletero; me pido a la morena, me pido a la amiga; Otro mirador, pero ahora de noche; anda mira un gato; comida estupenda con los nuevos amigos, el Paco, la Turca, pero tan cómodo como si fueran viejos amigos; ir a la súper pastelería tradicional para degustar pastelitos de Belén; ir al hospital para que muy amablemente nos digan que a la doctora se le olvido programar la operación; otro café; me pido a la de morado, esta mejor la de azul; comprar castañas, pasear al perro, me pido a la china, ver la costa y sus acantilados, conocer a la china que termino siendo koreana y súper maja; parar en una playa para ver a mas de 20 personas haciendo kitesurf y que te de la impresión de estar viendo pájaros en vez de cometas; viajar todo el día con la capota del smart abierta; Otra vez estamos hablando de motos?; comer dulcitos súper ricos; otro café, pero esta vez en una cafetería monísima; hacer botellón en otro mirador, jugando si fueras tal cosa, que serias; volver al maletero, quieres dejar de pedir perdón por los baches?; tomar sopita de grama calentita y pan de chorizo…


Vamos que me lo pasé genial, gracias a un par de guías turísticos fuera de serie ;).

No se pierdan Lisboa, vale la pena.

2 comentarios:

António Pinto de Mesquita dijo...

Hoy se cena ratatui, me pido a la de blanco, y los telefonos de los guias? me pido a la besaba por el fuego. Besos

Alex dijo...

JIJIijijijiiji, gracias por el aderezo de ensalada, la verdad es que asi keda mejor, a ver si de a retazos lo vamos completando... es q era muchooOoo no consigo transmitirlo todo.

Tambien falto el olvidar el cambio de hora y perder el autobus; pasar la noche al margen del rio; los rumanos flamencos; la chica en pijama de la ventana que nos espiaba con la luz apagada...

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